Los suecos llevan años comprando ahuyentadores ultrasónicos con la esperanza de deshacerse de ratones y ratas. El mercado se ha disparado. Los aparatos se venden en tiendas de bricolaje y por Internet. Pero muchos dicen lo mismo: No funcionan. La Asociación Sueca de Propietarios de Viviendas ha llegado a calificar los productos de pura estafa. Ahora, una investigación sueca -en un proyecto en el que participa la Universidad Tecnológica de Luleå- demuestra por qué fracasan. Y sobre todo: qué es lo que realmente hace huir a los roedores.
Anna y Johan, de Norrköping, son dos de los que lo han probado todo. Llevaban meses teniendo problemas con los ratones. Marcas de roedores en el aislamiento. Huellas en las paredes. Noches llenas de ruidos de arañazos.
- Primero probamos con trampas. Luego compramos un espantapájaros ultrasónico. Cuando no funcionó, compramos dos más. Tres en total", dice Johan.
Durante un tiempo pareció prometedor. Pero apenas una semana después, volvieron los ruidos.
- Sentí que nos engañaban. Empiezas a cuestionártelo todo. ¿Por qué no funciona nada? ¿Por qué vuelven una y otra vez? dice Anna.
Anna y Johan no están ni mucho menos solos. Y fue precisamente esta pregunta -¿por qué se vuelven los ratones? - lo que llamó la atención de los investigadores suecos.
El avance en Luleå: "Vimos cómo los ratones reaccionan a sus propias señales de alarma"
En la Universidad Tecnológica de Luleå, el profesor Örjan Johansson y su equipo querían averiguar por qué los ahuyentadores ultrasónicos comunes dejan de funcionar. En pruebas avanzadas, vieron rápidamente el problema:
- Los ratones dejan de responder a los sonidos monótonos. El cerebro los filtra, igual que uno se acostumbra a un ventilador o un frigorífico", dice Örjan Johansson.
El verdadero avance se produjo cuando los científicos empezaron a estudiar cómo los ratones se comunican el peligro entre sí. Cuando un ratón detecta una amenaza, envía señales ultrasónicas breves e impredecibles, una especie de código de advertencia al que otros ratones reaccionan instintivamente. Cuando los investigadores recrearon estos patrones naturales de advertencia, todo cambió: los ratones se dieron la vuelta y huyeron inmediatamente.
- Es el cerebro de los reptiles el que reacciona. Las señales se perciben como un peligro agudo para la vida y desencadenan el reflejo de huida", dice Örjan Johansson.
La SLU confirma su eficacia en un nuevo estudio piloto
La Universidad Sueca de Ciencias Agrícolas (SLU) realizó entonces un estudio piloto independiente para verificar los resultados de Luleå. Las pruebas demostraron lo mismo: los ratones no reaccionaban a los ultrasonidos estándar y monótonos, sino que huían inmediatamente cuando se les exponía a los patrones de advertencia cambiantes. Fue la prueba definitiva de que la tecnología funciona en la práctica. Esta es la base sobre la que se está construyendo Repello a medida que empieza a utilizarse en cada vez más hogares suecos.
